-¿Qué pedo wey? ¿Estás bien?
Me pregunta uno que otro pendejo. Es obvio que algo pasa pero prefiero mentir, que piensen que sigo siendo la persona que siempre he sido.
- Nada wey, ni al caso!
Contesto con alegría totalmente falsa.
- ¿Estás seguro?
- Sí, todo está bien
Perdí toda la inspiración. Perdí todas las ganas por ser algo aparte del pendejo que siempre soy y darle un giro a mi vida con lo que yo pienso que ha sido lo más importante para mi. Yo no te volví a fallar, te juro que no. A pesar de mi buen trabajo, todo esto parecía un ciclo interminable en mi vida en el que hayaba paz pero a la vez los momentos más angustiantes que he tenido, cosas por las que sufrí y de alguna loca manera, no me arrepiento. No siento que haya sido un desperdicio.
¿Y ahora qué?
Tú me das paz en medio de todo eso, siento que te debo a ti mi foraleza y coherencia hoy en día pues yo juré que me volvería loco en el intento, que era ella o nada; perderlo todo. No necesitas preguntarme por qué, no necesitas una razón para darme un abrazo y como aquella mañana verme llorar desesperado pensando en qué parte de los ultimos meses mi vida se fue directo a chingar a su madre; en qué parte dejé de ser yo para convertirme en el zombie. Por eso es que mis letras no son suficientes o el demostrarte mi cariño con un abrazo o un beso no basta, por que sé que lo mereces, por que sé que lo has hecho por mi y yo por ti y eso de alguna manera me da paz. El pensar en tu nombre y llenarme de fuerza, levantar la cabeza y seguir mirando de frente como hoy lo hago por ti.
A lo mejor por eso no me he vuelto loco, tal vez por eso no he agarrado un bat y me le he tirado a una multitud a putazos gritando como pendejo y llorando de rabia, del pinche coraje que a veces me entra. Que tal vez he encontrado en ti lo que los cigarros hacían antes de conocerte, esa calma que un chingazo de humo me regalaba que ahora con una sola mirada de tus ojos enormes es mejor, es más bonito, es algo real.
Que los dos hemos sufrido es cierto, que atravezamos un momento sumamente malo también lo es, pero en medio de todo esto estamos tú y yo siempre uno atrás del otro defendiendonos a golpes de cualquier pendejo ó pendeja que se atraviese, cualquier cosa te pela la verga cuando se trata de mi. Por eso te tengo ese amor incondicional, sobre cualquier cosa estás tú y siempre vas a estar pues gran parte de mi vida te la debo y hoy en día mi felicidad completa. ¡Por eso te amo nene!.
A veces sueñas demasiado,
tanto que lo real no importa
domingo, 25 de enero de 2009
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